Este aporte, realizado por los alumnos de quinto año de preparatoria del Colegio Cedros Norte, es importantísimo y casi inédito en lo referente a la poesía española, pues sólo se encuentra en línea la traducción castellana de un poema de los 50 que componen la obra del poeta hindú Bilhana. Además de conservar un estilo poético sencillo pero muy expresivo, los alumnos del Colegio Cedros han impreso un sentimiento y corrección sintáctica en los presentes poemas.
Esperamos que los lectores disfruten de la siguiente selección de poesía hindú, tan desconocida en México desafortunadamente, pero riquísima en imágenes y bella por lo demás.
POEMAS BILHANA
Agustín Figueroa
Aun ahora
Y pienso que me encantaron los cipreses y rosas, queridos
Las grandes montañas azules y las pequeñas grises colinas
El sonido del océano. En un día
Yo vi extraños ojos y manos como mariposas
Para mí en la mañana las alondras volaron desde el tomillo
Y los niños llegaron a bañarse en arroyos
Juan Pablo Martínez
Aun ahora
La veo como tenia acostumbrado, en su palacio blanco.
Debajo de antorchas negras iluminada por una luz roja
Vestida con muchas flores rompiendo la obscuridad
Veo su resplandeciente rostro
desafiante y tímida me dijo claramente
Ahora dormiré, buenas noches señoritas
La veo como tenia acostumbrado, en su palacio blanco.
Debajo de antorchas negras iluminada por una luz roja
Vestida con muchas flores rompiendo la obscuridad
Veo su resplandeciente rostro
desafiante y tímida me dijo claramente
Ahora dormiré, buenas noches señoritas
Emilio Peregrina
Aun ahora
Cuando mi triste corazón estaba roto y las paredes de mi prisión parecían derrumbarse...
Una luz y en esa luz una dama...
Sus blancos brazos, rosados hasta los codos...
Vistos solo con la luz del sol...
Y esos ojos que maravillan el horizonte.
Cuando mi triste corazón estaba roto y las paredes de mi prisión parecían derrumbarse...
Una luz y en esa luz una dama...
Sus blancos brazos, rosados hasta los codos...
Vistos solo con la luz del sol...
Y esos ojos que maravillan el horizonte.
Jeffrey Alán Melgarejo
Aún ahora
La veo, hermoso rostro rubio como el oro
Enriquecido con pequeñas luces, coloridas sombras y sorpresa
Una y otra vez todo de ella, con los ojos brillantes
Todos brillantes de amor, pero muy cansados de tanto amar,
Como si fuera el disco mágico de la luna cuando Rahu la cubre
Con su oscura piedra para ocultar sus rayos.
La veo, hermoso rostro rubio como el oro
Enriquecido con pequeñas luces, coloridas sombras y sorpresa
Una y otra vez todo de ella, con los ojos brillantes
Todos brillantes de amor, pero muy cansados de tanto amar,
Como si fuera el disco mágico de la luna cuando Rahu la cubre
Con su oscura piedra para ocultar sus rayos.
Alejandro Anaya
Aun ahora
La llevo a mí en su rápida vergüenza,
Escondiendo su cara brillante en el momento del día;
Haciendo que se muevan sus intensos ojos en las regadas estrellas,
Para el insomnio del gran amor errando toda la noche,
Aparentemente ara navegar gentilmente, como ese pajaro color rosa,
Por el agua del amor en una cosecha de flores de loto
Arturo Avilés
Aún ahora
Ella es por arte de magia presente en mi alma
Y que una palabra de extraña facilidad del corazón, adiós,
Que en la noche, en movimiento reacio,
E inclinándose hacia una boca de oro,
Le dije en voz baja a los rechazados,
Tiernamente cansado el pelo de la hija del rey
Alejandro Quintero
Aun ahora
La muerte tomo como consuelo
No, soy libre como el cóndor alado
O como los reyes en sus tronos de marfil violeta
La noche no vendría sin sus camas de seda negra
Ni una cama sin mi amor brillante
Guardias de negro en formación deben atacar
Y secar la fuente antes que el amanecer llegue
Xavier Lebrija
Aun ahora
Pienso que tus pies buscan a los míos para consolarlos.
Aun hay sueños sobre ti
Que no escuchare al despertarme. No lloro al amanecer
Aunque el día me trae tu perdida.
Toda la luz es odiosa. Ahora es tiempo
Para llevar mi alma
Pienso que tus pies buscan a los míos para consolarlos.
Aun hay sueños sobre ti
Que no escuchare al despertarme. No lloro al amanecer
Aunque el día me trae tu perdida.
Toda la luz es odiosa. Ahora es tiempo
Para llevar mi alma
Francisco Lechuga
Aun ahora mis ojos que no quieren ver más, siguen pintando y pintando rostros de mi niña perdida, oh dorados anillos que pellizcan contra pequeñas hojas de magnolia, oh blanco pergamino en el que mis pobres labios divorciados escribieron excelentes estrofas de besos que mis labios no volverán a escribir
Ernesto Quintanilla
Incluso ahora
Si la viera postrada con ojos abiertos
Y con color en sus mejillas
A lo largo de su costado con el oído descubierto
Sufriendo la fiebre de mí distancia
Entonces, mi amor por ella serian lazos de flores, y noche
Un amante de pelo negro en el pecho del día.
Si la viera postrada con ojos abiertos
Y con color en sus mejillas
A lo largo de su costado con el oído descubierto
Sufriendo la fiebre de mí distancia
Entonces, mi amor por ella serian lazos de flores, y noche
Un amante de pelo negro en el pecho del día.
Luis D. Seguí
Aún ahora.
Yo sé que mi princesa era feliz. La veo de pie
Tocando sus pechos con todas sus flores-dedos suaves,
Viendo de reojo hacia mí con sus sonrientes ojos.
Hay un dios que la arma con flores
Y ella fue herida profundamente. Ella, oh morir aquí.
Bésame y seré más puro que un rio rápido.
Yo sé que mi princesa era feliz. La veo de pie
Tocando sus pechos con todas sus flores-dedos suaves,
Viendo de reojo hacia mí con sus sonrientes ojos.
Hay un dios que la arma con flores
Y ella fue herida profundamente. Ella, oh morir aquí.
Bésame y seré más puro que un rio rápido.
Gonzalo Bolio
Incluso ahora
Amo largos ojos negros que acarician como seda,
Ojos por siempre sonrientes,
Cuyas cubiertas producen tan dulce sombra cuando cierran,
Parece otra hermosa mirada suya,
Amo una boca fresca, ah, una boca perfumada,
Y cabello ondulado, sutil como humo,
Y dedos ligeros, y risa de verdes gemas.
Amo largos ojos negros que acarician como seda,
Ojos por siempre sonrientes,
Cuyas cubiertas producen tan dulce sombra cuando cierran,
Parece otra hermosa mirada suya,
Amo una boca fresca, ah, una boca perfumada,
Y cabello ondulado, sutil como humo,
Y dedos ligeros, y risa de verdes gemas.
Gerardo Ahedo
Aún ahora
Tengo una necesidad de hacer oraciones, de hablar
Mi última consideración del mundo
A los trece grandes dioses, para estar en balance
Antes de que mi alma viaje. Me arrodillo y digo:
Padre de la Luz. Sigue alumbrando todavía
Para que pueda verte. Madre de las Estrellas,
Dame tus pies para besarlos, Te quiero, cariño.
Tengo una necesidad de hacer oraciones, de hablar
Mi última consideración del mundo
A los trece grandes dioses, para estar en balance
Antes de que mi alma viaje. Me arrodillo y digo:
Padre de la Luz. Sigue alumbrando todavía
Para que pueda verte. Madre de las Estrellas,
Dame tus pies para besarlos, Te quiero, cariño.
Carlos Núñez Chiñas
Aún ahora
La agradable intimidad del amor rudo.
Con su paciente gloria
Me guarda en la memoria y ella con un brillante vestido
Como si fuera una llama amarilla
La vergüenza se agrupa
Y con gracia sus pies se van.
La agradable intimidad del amor rudo.
Con su paciente gloria
Me guarda en la memoria y ella con un brillante vestido
Como si fuera una llama amarilla
La vergüenza se agrupa
Y con gracia sus pies se van.
No hay comentarios:
Publicar un comentario