Un vendedor de calendarios. (Giacomo Leopardi)
Vendedor ˗ ¡Calendarios! ¡Calendarios
nuevos! ¿Necesita calendarios, señor?
Transeúnte ˗ ¿Son calendarios para
el nuevo año?
V ˗ Sí, señor.
T ˗ ¿Cree que será próspero este
nuevo año?
V ˗ Claro que sí, señor.
T ˗ ¿Como el año pasado?
V ˗ Aún más, aún más, señor.
T ˗ ¿Desde hace cuánto vende
calendarios?
V ˗ Van a ser veinte años.
T ˗ ¿En estos veinte años, a cuál le
gustaría que se pareciera este año en curso? ¿Recuerda un año próspero en
particular?
V ˗ La verdad, no.
T ˗ Y, sin embargo, la vida es algo
bello. ¿No es cierto?
V ˗ ¡Eso es seguro!
T ˗ ¿Y usted no quisiera regresar el
tiempo? ¿Verdad?
V ˗ No. No lo regresaría.
T ˗ Entonces, ¿qué vida hubiera
querido tener?
V ˗ ¡Una vida así como me la manda
dios!
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